He vivido casi toda mi vida con una sensación de vacío que nada podía llenar, ni la familia, amigos, parejas o cosas materiales
El vacío que me acompaña me ha generado una vida vacía, miserable y amargada. Cuándo era niño, recuerdo que tenía mis expectativas sobre lo que llenaría ese vacío. Rodeado de compañeros de clase y en los largos recreos, de un mar de gente, me sentía vacío, sólo, olvidado, desintegrado, triste, con miedo, como un ser apestado, marcado, como alguien a quién nadie quería. Esa era mi sensación, no se ahora mismo que de real tenía todo eso, lo que sí se es que mi actitud ante esas sensaciones, era una actitud que oscilaba entre el servilismo y el abuso.
En casa no era diferente, pues en muchas ocasiones pasó por mi mente que yo no pertenecía ahí, que era de otra galaxia o quizás sólo de otra casa, que se habían equivocado conmigo. Eso en mi generaba un sentimiento de rencor hacia todo y todos y sintiéndome cada vez más y más vacío.
Eso me ha acompañado a lo largo de mi vida, en mis relaciones de pareja, en mis empleos, con la gente que me rodeo.
Hoy se por qué tengo esa sensación de vacío y también se cómo puedo llenarlo. El grupo me ha ayudado a encontrar lo que buscaba, pero además me ha dado las herramientas para conseguirlo.
Ernesto H
Compañero de NA
0 comentarios