Seleccionar página

123abc

Cómo ayudar a un Neurótico

“Nuestra política de relaciones públicas se basa más
bien en la atracción que en la promoción; necesitamos
mantener siempre nuestro anonimato personal ante
la prensa, la radio y el cine.»

11° Tradición N. A.

Querer ayudar a un amigo o familiar que claramente está sufriendo, es algo que nos hace totalmente humanos. Sin embargo, la ayuda emocional tiene algunos aspectos que hacen difícil otorgar este tipo de ayuda a alguien que aún no la está solicitando, al menos, no de manera explícita.

En mi historial pude darme cuenta que desde hace muchos años antes de pedir ayuda, yo ya tenía serios problemas emocionales, pero aún cuando gente muy allegada a mi me lo hacía notar, yo no era capaz de verlo por mi mismo y desde luego no aceptaba ayuda. Cuando se es joven, sobre todo, es difícil aceptar que se necesita ayuda en un tema en el que, desde nuestra óptica, todo el mundo puede salir adelante. Por más difíciles las circunstancias en las que nos encontremos, el hecho de pedir ayuda, es decir, decir que yo no puedo sólo para salir de situación que se me presente, es un golpe bajo que nadie está dispuesto a asumir. Es una derrota de la vida. Es aceptar que no soy todopoderoso como siempre me he imaginado.

Además, en mi mundo Neurótico, siempre he pensado que mis problemas son, en mayor parte, por culpa de otros. ¿De qué iba a pedir ayuda yo? Que los ayuden a ellos!

Sin embargo, siempre hay una forma de ayudar. Expongo mi propio caso esperando te sirva para ayudar a quien lo necesite.

Yo conocí los grupos de autoayuda por una persona que se recuperó de su problema grave de alcoholismo dentro de un grupo de AA.

Yo no tenía problemas de alcoholismo entonces, pues tendría 12 o 13 años en ese momento, sin embargo cuando acompañaba a esta persona a las celebraciones de su grupo, donde hacían juntas abiertas de información, algo dentro de mi se removía fuertemente.

Su recuperación me atrajo como imán. Yo no creía que fuera capaz de operarse un cambio tan drástico en una persona en tan poco tiempo. Si bien es cierto que eres más impresionable a los 13 años, lo cierto es que el cambio era notorio por donde lo vieras, pues esta persona pasó de ser un teporocho, que había que sacarlo de pulquerías, que tomaba alcohol «del 96», que tenía unas resacas de muerte, con médicos, suero y rozando los bordes de la locura y la muerte, a convertirse en un ser humano funcional. Su jerga (la jerga que se adquiere dentro de los grupos) me impresionaba. Hablaba de principios, de valores, de cosas que aunque no comprendía bien, me hacían sentir bien cuando estaba con él, y no era tanto por lo que decía, sino cómo lo decía y cómo se veía. Era otra persona.

Ese fue el mensaje que yo recibí acerca de los grupos de auto ayuda, así que, cuando llegó el momento, yo sabía perfectamente a donde ir.

Cuando milité en grupos presenciales, me tocaba dar información a personas que no llegaban a buscar ayuda para si mismos, sino para un tercero. Aquí siempre me tocaba invitarlos a asistir a unas juntas, pues les comentaba sobre lo difícil que es ayudar a alguien a la fuerza, pero con un poco de conocimiento del programa, quizás encontraría la forma de ayudar a alguien más.

En los grupos siempre hay juntas de información, principalmente por aniversarios de los grupos. En estas juntas se habla de experiencias personales, de cómo fue que llegamos a un grupo y cómo nos hemos sentido con esa ayuda. La idea de esas juntas es mostrarnos un poco, mostrar nuestro sufrimiento y que, de alguna manera, el nuevo se pueda ver reflejado y luego así, animarse a pedir ayuda.

En mi caso, la «trasmisión del mensaje» que tuve fue de primerísima mano. Vi a alguien al borde de la muerte recuperarse y tener un cambio increíble en su manera de vivir. Supe que el programa funcionaba aún cuando yo no estaba pidiendo ayuda aún. Quizás las personas que me conocieron entonces sabían que yo necesitaba algún tipo de ayuda, pero yo no lo creía, y pasaron años para que yo pudiera darme cuenta que no estaba pudiendo salir de mis problemas sólo, y entonces fue cuando me atreví a pedir ayuda, pero con la ventaja de saber donde me podrían ayudar.

Concluyendo. Si estás buscando ayuda para alguien que sufre por su manera de vivir y lo quieres ayudar, te invito a que conozcas el programa por ti mismo, digamos, por un mes. Créeme, no vas a perder nada y podría ser que ganaras mucho, además de tener la posibilidad de ser un conducto «vivo» que llegue a ser la ayuda que alguien más está buscando.

También puedes buscar por Internet o en publicaciones locales algún evento de un grupo de autoayuda, podría ser AA, NA, o cualquier programa de 12 pasos al cuál puedas asistir e invitar a que te acompañe esa persona que quieres ayudar. No como «llevarlo», sino sólo pedirle compañía para el evento. Esas reuniones suelen ser mágicas y dejan, como en mi caso, una semillita que en su momento pueda convertirse en la flor que salve su vida.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Dudas frecuentes

¿Hay límite de edad?

Las salas de reuniones de NA son para personas mayores de edad. Sin embargo, hay grupos que tienen salas para menores, llamadas Neuratín.

¿Tiene algún costo ser miembro?

Ninguno. Toda la terapia en nuestros grupos es totalmente gratuita. Los gastos que se generan son cubiertos por aportaciones voluntarias de sus miembros.

¿Puedo llevar a un familiar que se que está sufriendo?

La asistencia a las reuniones de NA son voluntarias, nadie debería ir obligado o forzado. Nuestra forma de difundir el programa es a traves de la atracción, no de la promoción. 

¿Como puedo saber si soy neurótico?

A través de la asistencia a las juntas. Si tras asistir a las reuniones y conocer el programa usted decide que le podemos ayudar, quizás considere que sus problemas son por la Neurosis.